La homologación implica diversas pruebas en la totalidad o parte del vehículo. Además de este proceso, el IML realiza pruebas en las partes críticas del vehículo para verificar sus condiciones de uso y definir los límites de utilización.
Triángulo de suspensión
Por ejemplo, la horquilla de suspensión se sometió a una prueba en la que se le aplicó una carga progresiva hasta superar con creces la carga habitual cuando esta pieza se monta en el vehículo.
Como no había signos visuales de deterioro, el triángulo se sometió a una prueba de líquidos penetrantes. Esto consiste en rociar la pieza con un líquido coloreado y luego aplicar un revelador para resaltar cualquier grieta o fisura. No se detectó ningún defecto.
Chasis
El chasis es la columna vertebral que soporta todo el equipamiento del vehículo. Su robustez es esencial para garantizar la larga vida del vehículo con total seguridad.
Para comprobar su robustez, se realiza una prueba dinámica de envejecimiento utilizando un banco de torsión. En este banco, se fija el equivalente de 3 ruedas del vehículo y la 4ª se somete a movimientos verticales mediante un gato de potencia con el fin de retorcer el chasis. Este ciclo se repite automáticamente durante horas para comprobar que no hay signos de rotura.
Mejoras de vehículos
Estas pruebas demuestran la capacidad del vehículo para alcanzar los límites de la categoría N1 (e incluso más allá). En concreto, el peso bruto total ha pasado de 3t2 al límite reglamentario de 3t5, lo que supone una ganancia de 300 kg de carga útil.
El chasis cabina ofrece ahora una carga útil que oscila entre 1t3 y 1t8 , lo que lo hace ideal para una amplia gama de usos profesionales.